Género y los 4 pilares de la seguridad alimentaria
Publicado el 20 de Enero de 2022
En el año 1996 en la Cumbre Mundial sobre la Alimentación se definió la seguridad alimentaria como la situación que “existe cuando todas las personas, en todo momento, tienen acceso físico, social y económico a alimentos suficientes, seguros y nutritivos que satisface sus necesidades energéticas diarias y preferencias alimentarias para llevar una vida activa y sana”.
La seguridad alimentaria se compone de 4 pilares: disponibilidad, acceso, utilización y estabilidad. La disponibilidad se refiere a cuando hay una cantidad suficiente de alimentos adecuados y nutritivos a nivel regional o nacional; el acceso a la disponibilidad física, económica y social de alimentos de calidad y en cantidad; la utilización a la preparación y consumo de alimentos, y; la estabilidad al suministro año con año durante las diferentes temporadas del año.
A cada uno de los pilares anteriores se les puede analizar desde la perspectiva de género, a continuación se explica:
1. Disponibilidad. Generalmente las mujeres representan un rol importante en la agricultura a pequeña escala, la cual es clave para la disponibilidad de alimentos. Y en muchos países las mujeres hacen la mayor parte del trabajo de cultivo para el consumo doméstico. Además, muchas veces son las responsables de huertos de traspatio, los cuales son una importante fuente de alimentos. A pesar de esto, muchas veces y en muchas culturas, los miembros hombres en las casas gozan de alimentos en mayor cantidad y de mejor calidad que los miembros mujeres. Aunado a esto, las mujeres no tienen el mismo acceso a tierras, créditos, mercados o educación, y son excluidas de la toma de decisiones, lo que implica una menor capacidad de producción de alimentos.
2. Acceso. Al tener menores oportunidades de empleo y salarios más bajos, las mujeres tienen mayor riesgo de sufrir inseguridad alimentaria. Además, hay evidencia de que cuando las mujeres tienen salarios, estas suelen gastarlos en comida y necesidades de sus hijos. Por otro lado, a nivel del hogar, en hogares con alimentos limitados, las niñas y mujeres tienen mayor probabilidad de comer menor cantidad de alimentos y menos nutritivos. Así, cuando los alimentos son escasos las mujeres son las primeras en sufrir hambre.
3. Utilización. La utilización incluye también técnicas de sanitización, preparación y almacenamiento adecuadas, de las cuales las mujeres se hacen cargo para alcanzar la seguridad nutricional no sólo de ellas, sino de niños y otros miembros de la familia. Adicionalmente, las niñas, niños, mujeres y hombres tienen distintas necesidades nutricionales, así, las mujeres embarazadas y en lactancia tienen otras necesidades nutricionales, en muchos lugares del mundo las mujeres y los niños menores de 5 años sufren de deficiencia de hierro.
4. Estabilidad. La estabilidad incluye también el almacenamiento adecuado, la estabilidad de precios y la capacidad de acceder a alimentos durante conflictos. Durante emergencias o conflictos, las niñas y mujeres son afectadas de forma distinta a los niños y hombres. Las mujeres pierden su capacidad de proveer de alimentos a su familia, pues no pueden acceder a sus cultivos, ni comprar alimentos de forma regular.
En conclusión, las mujeres realizan importantes contribuciones en los 4 pilares de la seguridad alimentaria, a pesar de esto, son más vulnerables nutricional y alimentariamente. Para evitarlo es necesario realizar análisis desagregados por sexo que proveean de información necesaria oara crear políticas y programas que las protejan, invertir en la agricultura a pequeña escala realizada por mujeres y empoderar a las mujeres en los roles productivos.
Fuente: Lección 3 (Gender dimensions of food and nutrition security) del curso Gender in Food Security, FAO, Octubre 2014.